Fe

Todos los miembros de la OTECE nos hemos comprometido a ofrecer altruistamente nuestra ayuda espiritual, incluso material si nos es posible. Ayudamos diariamente cualquier situación de emergencia, desastres naturales, problemas sociales, abusos de animales, etc. Nuestro compromiso con la Orden, y con Dios, nos hace estar siempre alerta y dispuestos a ayudar.

Como miembros de una orden espiritual, cristiana e interreligiosa, somos conscientes de la importancia de la oración. Sabemos que dejar actuar el libre albedrío sin rogar al Padre, es como navegar en un barco a la deriva y a la merced de las fuerzas de la naturaleza y de las leyes del universo.

Nuestras oraciones, acciones espirituales y ayudas materiales altruistas a los seres humanos y a todos los seres vivos forman parte importante en nuestras vidas. Somos almas reencontradas dispuestas a servir de nuevo a Dios y sentirnos felices y plenos por ello.

Nuestro Credo

Creo en Dios,
Padre todopoderoso,
creador del universo y,
en Cristo, su hijo,
el Espíritu Santo que vive en mí
y en sus ángeles, que me guían
y protegen, ahora y para siempre
y, en María, la Reina de los ángeles,
madre del único Jesús y en la ÚNICA iglesia de Dios.
Creo en el regreso al Padre y en su luz dentro de mí.
El Padre y yo somos UNO,
uno con el universo
y uno con todas sus criaturas,
por los siglos de los siglos.

Amén.

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Todos los miércoles desde nuestros hogares entre las 21 y las 24 h. rezamos el rosario para pedir ayuda a los más necesitados.

Invitamos a las personas que lo deseen a orar con nosotros el siguiente rosario.

Breve rosario de María, la Madre de Dios

(Se puede rezar también como rosario grande con 3 vueltas. La 2a vuelta empieza entonces con el Ave María más el primer aditamento y termina con el quinto aditamento, al igual que la tercera vuelta)

Credo

Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del universo y, en Cristo, su hijo, el Espíritu Santo que vive en mí y en sus ángeles, que me guían y protegen, ahora y para siempre y, en María, la Reina de los ángeles, madre del único Jesús y en la ÚNICA iglesia de Dios. Creo en el regreso al Padre y en su luz dentro de mí. El Padre y yo somos UNO, uno con el universo y uno con todas sus criaturas, por los siglos de los siglos. Amén.

1 x Padre nuestro

Padre nuestro, creador del universo, Tú que estás en nosotros, con mis acciones quiero santificar Tu nombre. Que Tu nuevo reino crezca en mí y a través de mí. Hágase Tu voluntad, a través de mi cuerpo y de mi espíritu. Danos hoy el alimento de cada día para el espíritu y el cuerpo y perdona nuestros errores, pues no sabemos lo que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos hieren y, conducidos por tus ángeles, guíanos por el camino del reconocimiento. Pues tuyo es el universo, al amor y la luz, por los siglos de los siglos. Amén.

3 x Ave María

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, que enciende el amor en nosotros. Santa María, Madre de Dios, reina de mi corazón, ruega por nosotros en nuestra ignorancia, ahora, y en la hora de nuestras necesidades. Cúbrenos con tu manto, para protegernos y ampararnos.

1 x Padre nuestro…

10 x Ave María

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, que enciende el amor en nosotros. Santa María, Madre de Dios, reina de mi corazón, ruega por nosotros en nuestra ignorancia, ahora, y en la hora de nuestras necesidades. Cúbrenos con tu manto, para protegernos y ampararnos.

1 x Padre nuestro…

10 x Ave María

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, que enciende el amor en nosotros. Santa María, Madre de Dios, reina de mi corazón, ruega por nosotros en nuestra ignorancia, ahora, y en la hora de nuestras necesidades. Cúbrenos con tu manto, para protegernos y ampararnos.

1 x Padre nuestro…

10 x Ave María

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, que enciende el amor en nosotros. Santa María, Madre de Dios, reina de mi corazón, ruega por nosotros en nuestra ignorancia, ahora, y en la hora de nuestras necesidades. Cúbrenos con tu manto, para protegernos y ampararnos.

1 x Padre nuestro…

10 x Ave María

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, que enciende el amor en nosotros. Santa María, Madre de Dios, reina de mi corazón, ruega por nosotros en nuestra ignorancia, ahora, y en la hora de nuestras necesidades. Cúbrenos con tu manto, para protegernos y ampararnos.

1 x Padre nuestro…

10 x Ave María

Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, que enciende el amor en nosotros. Santa María, Madre de Dios, reina de mi corazón, ruega por nosotros en nuestra ignorancia, ahora, y en la hora de nuestras necesidades. Cúbrenos con tu manto, para protegernos y ampararnos.

Oración final

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, así como era al principio, así es ahora y será siempre por los siglos de los siglos. Amén.

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Padre nuestro

Padre Nuestro,
Creador del Universo,
Tú que estás en nosotros,
con mis acciones quiero santificar tu nombre;
que tu nuevo reino crezca en mí y a través de mí;
Hágase Tú voluntad a través de
mi cuerpo
y de mi espíritu.
Danos hoy el alimento de cada día
para el espíritu y para el cuerpo.
Y perdona nuestros errores,
pues no sabemos lo que hacemos,
así como nosotros perdonamos a los que nos hieren.
Y conducidos por tus Ángeles,
guíanos por el camino del reconocimiento.
Pues Tuyo es el Universo, el Amor, y la Luz,
por los siglos de los siglos.
Amén.

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Texto cátaro de 1148

La iglesia del amor

No vive como forma fija, sino solamente por el acuerdo mutuo entre las personas.
No tiene miembros excepto los que sienten que pertenecen a ella.
No tiene competidores, porque no compite.

No tiene ambición, porque solamente desea servir.
No marca fronteras nacionales, porque eso carece de amor.
No se aísla, porque intenta enriquecer a todos los grupos y religiones.
Respeta a todos los grandes maestros de todas las épocas que revelaron la verdad del amor.
Él que pertenece a ella, vive la verdad del amor con todo su ser.

Él que forma parte de ella, lo sabe.

No intenta instruir a los demás; solamente aspira estar allí y dar a través de su presencia.
Vive sabiendo que toda la Tierra es un ser vivo y nosotros una parte de ella. Sabe que ha llegado el tiempo de la última transformación; cuando apartamos el Yo por propia voluntad y volvemos a la unidad.

No se anuncia en voz alta, sino actúa en los ámbitos sutiles de la existencia.
Se inclina delante de todos los que iluminaron el camino del amor y que sacrificaron su vida por ello.
Entre las propias filas no permite ni jerarquías ni estructuras fijas, porque nadie es más grande que el otro.

No promete recompensas, ni en esta vida ni en la vida más allá, sino únicamente la alegría de la existencia en el amor.
Sus miembros se reconocen por su manera de actuar, su manera de estar y por los ojos, y por ningún otro gesto visible que el abrazo fraternal.

No conocen ni el miedo ni la vergüenza y su testimonio siempre será valido, tanto en los tiempos buenos como en los tiempos malos.
La iglesia del amor no tiene secretos, no tiene misterios ni iniciaciones, excepto el conocimiento profundo sobre el poder del amor y sobre el hecho de que el mundo cambiará si los hombres lo queremos, pero únicamente si nos cambiamos primero a nosotros mismos.

Todos los que sienten que pertenecen a ella, pertenecen a ella.
Pertenecen a la iglesia del amor.

Pensamientos, filosofía y objetivos de los ESENIOS

Un maestro esenio puede ver que el amor del Padre fluye por el Cosmos. Acepta su misión en la tierra y la lleva a cabo con entrega absoluta. No es ajeno al mundo, sino que sabe mantener ambos pies en la tierra. Sabe qué es lo esencial en la vida porque es consciente de su esencia. No está por encima de las cosas, sino que se mantiene en su justo centro, para así, poder experimentar y comprender la verdadera relación interior de todos los acontecimientos. Conoce las tres formas de la creación. Sabe que la fuerza creadora actúa a través de nuestros pensamientos, de nuestras palabras y de nuestros actos. Es consciente de que puede crear cosas buenas, e igualmente cosas malas y que éstas tan solo son buenas o malas a partir de nuestra propia valoración. Sabe que lo más importante en el universo es el equilibrio, la armonía entre el bien y el mal. Reconoce que la luz, no puede ser luz sin la sombra, y que todo tiene y necesita tener su polo opuesto. Vive en unidad con todas las estructuras vivientes y con todos los seres vivos. El profundo respeto que siente hacia la llama divina que mora en el interior de los humanos y los animales le impide maltratar a las criaturas indefensas y causarles cualquier daño o dolor sin necesidad. Considera a todos los seres vivos como un templo del Padre Celestial. La tierra y la naturaleza son para él como una Madre viviente, la madre asistente que le ampara y sana su cuerpo, su mente y su alma. Vive su vida siendo consciente de por qué y para qué permanece en la tierra. Reconoce los principios fundamentales del aprendizaje y acepta la ley de la compensación entre todos los seres vivos. Sabe que todo lo negativo y enfermo sólo se origina a partir de la desarmonía. Ha aprendido a reconocer las distintas vibraciones de la materia y a armonizarlas. Sus pensamientos no están limitados a su vida actual. Es capaz de ver el progreso del mundo como un perpetuo presente, en el cual, el tiempo – pasado, presente y futuro – son uno solo y se mantienen en armonía divina. Vive en constante unión con todo, de modo que nunca se siente solo ni aislado; y sabe diferenciar lo imperecedero de lo transitorio. Su alma serena reposa en el regazo del Padre y sabe que éste le guía a través de sus Ángeles. Para él, la muerte es el primer paso del camino de regreso al Padre, un nacimiento que le devuelve al Ser original. Con todo su ser, ofrece el amor del Padre, el cual siempre mora en su interior, y junto a ese amor emana paciencia, comprensión y bondad con la placidez de los iniciados.